Los tirafondos son los «tornillos» que empleamos para roscarlos en la madera directamente sin necesidad de emplear tuercas ni de tener que hacer un roscado previo en una de las piezas a unir como es el caso de los trabajos en metal. Hay multitud de tipos de tirafondo no solamente atendiendo a la muesca que tienen para ser introducidos sino a la forma de la cabeza (avellanada, redonda, gota de sebo, los hay también que tienen una cabeza ancha como si tuviesen una arandela…), a la rosca: hay rosca para madera, y chapa (metálica) autoroscantes, autotaladrantes y luego muchas casas, a un tipo de rosca de las citadas, las dotan de particularidades que les proporcionan grandes ventajas (según dicen). Los tirafondos se emplean también para sujetar herrajes en la pared (se hace un agujero con el taladro y se mete un taco donde roscará el tirafondo).